El histórico mercado San Camilo, con más de 144 años abasteciendo a la ciudad de Arequipa, ha sido durante décadas un símbolo de identidad comercial y cultural. Sus pasillos —antes vibrantes, llenos de aromas y colores— hoy evidencian el paso del tiempo: calaminas corroídas, canaletas inexistentes, filtraciones que se multiplican con cada lluvia y servicios higiénicos inhabilitados desde hace años. Lo que alguna vez fue el corazón de la comunidad ahora muestra un deterioro que los comerciantes llevan denunciando por décadas.
La protesta que lo inició todo
A comienzos de octubre, el malestar acumulado estalló. El 14 de octubre, cientos de comerciantes marcharon por el Centro Histórico, reclamando a la Municipalidad Provincial de Arequipa (MPA) la falta de mantenimiento del mercado, donde no se ejecutan obras significativas desde hace más de dos décadas.
Cosme Casas, representante del gremio, recordó que el abandono no solo afecta la infraestructura, sino también la cadena laboral. A ello se sumaba la molestia por una ordenanza que impide transferir los puestos de venta a familiares cuando el titular fallece. “Pedimos estabilidad, pedimos continuidad. No podemos trabajar con un techo que se cae y con normas que ponen en riesgo nuestro sustento”, señalaban durante las protestas.
Las quejas también habían sido respaldadas por inspecciones técnicas: los ingenieros advertían un riesgo real ante la temporada de lluvias. “Han visto que el techo está en situación delicada”, alertó Sandra Berrocal, del Frente de Defensa del Mercado San Camilo.
La MPA anuncia el cierre: el 1 de diciembre
Tras semanas de presión, documentos, cartas y reuniones, la municipalidad finalmente accedió a intervenir. A finales de noviembre, anunció que el mercado San Camilo sería cerrado desde el 1 de diciembre, con el fin de ejecutar trabajos urgentes en el techo —especialmente por filtraciones— y en los servicios higiénicos.
La noticia, lejos de calmar tensiones, abrió una nueva brecha entre los propios comerciantes. Un sector apoyaba la medida, recordando que ellos mismos habían exigido durante años una intervención seria. Pero otro grupo expresó su rechazo inmediato: diciembre es la temporada de mayores ventas, y temían que el cierre los dejara sin ingresos.
La tarde del viernes en El Filtro: reclamo por desinformación
La tensión escaló aún más este viernes cuando, en horas de la tarde, un grupo de comerciantes llegó hasta la sede de El Filtro para protestar. Alegaban que la información del cierre había sido confusa, insuficiente y comunicada a destiempo.
“El administrador del mercado San Camilo ha indicado, y tres dirigentes también, que todos los trabajadores que deseen pueden ocupar la vía pública. Eso es un abuso, porque no se nos ha comunicado a tiempo”, expresó uno de los comerciantes visiblemente indignado.
Pese a la molestia, algunos reconocieron que después de protestas, marchas y documentos, al fin la municipalidad estaba tomando acciones concretas. Sin embargo, insistieron: la comunicación había sido deficiente, y la imposición de un cierre inmediato los dejaba en incertidumbre total.
La suspensión: el cierre se mueve para enero
El conflicto interno entre comerciantes, sumado al desorden comunicacional, obligó a la MPA a retroceder parcialmente. Tras la protesta en El Filtro, la municipalidad decidió suspender el cierre previsto para el 1 de diciembre.
Finalmente, se anunció que la intervención integral del techo se ejecutará desde el 5 de enero de 2026, durante tres semanas. Solo los servicios higiénicos serán intervenidos antes de esa fecha, sin implicar el cierre total del centro de abastos.
La decisión surgió como respuesta al rechazo de un sector que temía pérdidas económicas en campaña navideña, pero también ante comerciantes que manejan productos perecibles y aseguraron no haber sido informados a tiempo sobre un cierre tan inmediato.
Un mercado que sigue esperando
San Camilo continúa en actividad, pero no indemne. Cada lluvia, cada filtración y cada discusión interna recuerda que el tiempo no perdona y que el deterioro avanza más rápido que las decisiones oficiales.
El mercado más emblemático de Arequipa espera ahora el inicio de obras en enero, mientras sus comerciantes aguardan que esta vez —después de marchas, reclamos y una historia de promesas— la intervención llegue sin más retrasos y devuelva a San Camilo la dignidad que sus 144 años merecen.