Relevo en Educación: Cambian a gerente de Educación en medio de investigaciones y polémicas

Oneida Chayña López
5 min de lectura

La tarde del 27 de noviembre, en las oficinas del Gobierno Regional de Arequipa, se firmó una resolución que marcaría un nuevo capítulo en la ya turbulenta gestión del sector Educación. Mediante la Resolución Ejecutiva Regional N.º 610-2025-GRA/GR, el gobernador Rohel Sánchez dispuso el fin de la designación de Cecilia Jarita Padilla como gerenta regional de Educación, cargo que dejará oficialmente desde el 1 de diciembre. En su lugar, asumirá Marco William Choque Manrique, quien tomará funciones desde el 2 de diciembre.

El cambio llegó en un momento en el que la Gerencia Regional de Educación (GREA) acumulaba cuestionamientos, investigaciones fiscales y denuncias públicas que habían debilitado la figura de Jarita. Pero el reemplazo no apagó la controversia: la hoja de vida del nuevo gerente también arrastra sombras.

Un gerente saliente bajo investigación

Para muchos funcionarios del sector, la salida de Cecilia Jarita no fue una sorpresa. Desde julio, enfrentaba una investigación preliminar del Ministerio Público por presuntas irregularidades en la designación del director de la Escuela Nacional de Arte Carlos Baca Flor.

Según la denuncia presentada el 17 de julio por Alexander Willy Quispe Valdez, Jarita habría encargado la dirección de la escuela a Jesús Raúl Quispe Calcina sin que este cumpliera los requisitos mínimos establecidos por el Ministerio de Educación. El funcionario solo acreditaba el grado de licenciado, pero no tenía maestría, experiencia directiva ni condición docente, requisitos obligatorios según la Resolución Viceministerial N.º 193-2021-MINEDU.

El caso se agravó cuando la Fiscalía determinó que sí existía una plaza presupuestada vacante para el cargo, lo que invalidaría la figura del “encargo de funciones” usado por la gerenta. El 12 de septiembre, el Octavo Despacho de la Primera Fiscalía Provincial Penal Corporativa abrió investigación por 60 días, ordenando declaraciones, entrega de documentos y requerimientos a la propia institución educativa.

Jarita, consultada por la prensa, evitó pronunciarse. Aseguró que colabora con la justicia pero deslindó responsabilidades: “El área de Personal verifica los perfiles”, declaró. Sin embargo, la denuncia indica que los concursos previos habían quedado desiertos, lo que volvería aún más cuestionable su decisión. Esta investigación se suma a otro proceso por la presunta designación irregular del director de la UGEL Sur.

El desgaste era evidente. Y en medio de ese escenario, llegó el relevo.

La llegada de Marco Choque: nuevo gerente, viejos cuestionamientos

La resolución del gobernador designó a Marco William Choque Manrique, licenciado en Educación con especialidad en Bioquímica. Su formación está respaldada por la Sunedu desde 1998, pero su trayectoria administrativa no está libre de observaciones.

Choque fue director de Gestión Institucional en la UGEL Chanka, en Apurímac, entre febrero de 2018 y junio de 2019. Durante ese periodo, un informe de la Contraloría —el N.º 10155-2020-CG/GRAP-AC— lo incluyó entre los funcionarios con responsabilidad penal y administrativa por autorizaciones de pagos irregulares.

Según la auditoría, se transfirieron fondos al CAFAE para entregar incentivos únicos al personal administrativo, ignorando montos y escalas oficiales aprobadas por el MEF. Además, se pagaron asignaciones de alimentación y movilidad no permitidas, comprometiendo el presupuesto de remuneraciones. El daño al Estado fue calculado en un millón 327 mil soles.

Con ese antecedente, su llegada a uno de los sectores más críticos del gobierno regional —y en un año particularmente conflictivo— generó más preguntas que celebraciones.

Un cambio que no cierra heridas

La salida de Jarita no borra las investigaciones en curso. Tampoco la llegada de Choque garantiza estabilidad, considerando que su pasado administrativo también está bajo la lupa. Entre cuestionamientos por designaciones irregulares, investigaciones abiertas y un relevo repentino, el sector Educación vuelve a colocarse en el centro de la tormenta.

Para el Gobierno Regional, el movimiento podría ser una apuesta por recomponer la imagen institucional. Para los docentes, directores y personal administrativo, sin embargo, el cambio deja una sensación dual: se va una funcionaria cuestionada y llega un gerente con antecedentes por resolver.

La GREA amanece con un nuevo rostro, pero con los mismos expedientes pendientes, con las mismas comisiones evaluadoras bajo sospecha y con una mochila de cuestionamientos que no parece aligerarse.

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