En el sector de Peruarbo, en plena quebrada de Añashuayco, distrito de Cerro Colorado, la mañana del sábado 8 de noviembre reveló una escena que estremeció a todos. El aire árido del lugar no anunciaba nada fuera de lo común, hasta que un perro callejero caminó entre las calles con una mano humana en el hocico. Fue ese espeluznante recorrido el que alertó a los vecinos: en algún punto de la quebrada, había un cadáver abandonado.
Horas después, agentes de la División de Investigación Criminal (Divincri), junto con representantes del Ministerio Público, llegaron al lugar y hallaron el cuerpo de un hombre en avanzado estado de descomposición y con signos de desmembramiento. Tras las pericias iniciales, confirmaron que los restos pertenecían a Alexander Mamani Yucra, de 24 años, cuyo paradero era desconocido desde hacía cuatro días.
Alexander había sido reportado como desaparecido el pasado miércoles 5 de noviembre. Esa noche salió de una discoteca acompañado de dos mujeres que había conocido en el local. Según información preliminar, agentes policiales presumen que podrían tratarse de supuestas peperas. Después de salir del establecimiento, su rastreo se volvió imposible: el celular se apagó, la señal se perdió y el silencio se hizo rutina en casa.
Desesperados, sus familiares iniciaron la búsqueda por cuenta propia. Acudieron primero a la comisaría de Zamácola para registrar la denuncia, pero según relataron, no fueron atendidos. Se dirigieron entonces a la comisaría de Ciudad Municipal, donde también les habrían negado el trámite por no corresponder a su jurisdicción. Solo en un tercer intento, al volver a Zamácola, lograron finalmente que se aceptara el reporte oficial de desaparición.
Hoy, la investigación continúa para esclarecer los hechos y dar con los responsables del crimen. Los familiares exigen que los locales cercanos entreguen las grabaciones de seguridad para reconstruir los últimos pasos de Alexander. También se busca identificar a las mujeres que lo acompañaron aquella noche.
El hallazgo de un cuerpo abandonado en una quebrada reveló más que una muerte violenta: expuso la lucha de una familia contra la indiferencia y el tiempo, y el rastro de una vida que se apagó sin que nadie lo advirtiera.